Enséñanos a orar

En el capítulo de hoy se nos habla de los tiempos que Jesús ocupaba para orar, quien se retiraba a lugares solos para no ser interrumpido y hablar con el Padre Celestial, al ver sus discípulos la disciplina de Jesús en cuanto a la oración, le pidieron que les enseñara a orar como Juan lo había hecho con sus discípulos; es decir, Juan el bautista había tomado tiempo para instruir a sus seguidores de la importancia de apartar tiempo para hablar con Dios.

Quiero tomar el ejemplo de Jesús para invitarle a usted a orar cada día, encomendando al Todopoderoso su vida, familia, sus planes y su iglesia para que podamos avanzar en la proclamación del evangelio, a fin de que más personas conozcan del plan redentor de Dios y no vaya a eterna condenación, que es el destino final de toda persona que no ha recibido a Jesús como su único y suficiente Salvador; por lo tanto, es nuestro deber orar porque esas personas se acerquen a Dios e invitarles nosotros a venir a la iglesia.

Algunos consejos a considerar a la hora de orar. Primeramente, busque un lugar donde nadie le interrumpa y pueda concentrarse mejor, antes de orar, lea el capítulo que corresponda a ese día para alimentar su vida espiritual, Dios le hablará a través de su Palabra, y siempre que lea la Biblia, pregúntese: ¿Qué me está diciendo Dios a mí en este pasaje?, luego ¿Cómo puedo poner en práctica lo que Dios me dice aquí? Esto le facilitará entender mejor el mensaje de Dios para su vida y se convertirá en un hacedor de la Palabra y no un simple oidor.

Su oración debe ser dirigida directamente a Dios sin intermediarios, usted al orar habla directamente con Dios y al leer la Biblia, Dios habla con usted, al estar orando ponga algunas alabanzas suaves de adoración, esto le permite entrar con más facilidad a la presencia del Señor, ore primero por las necesidades de su iglesia, luego sus familiares, amigos y por último las suyas, porque si usted piensa en el plan de Dios primero, luego en las necesidades de los demás, Dios se ocupará de sus propias necesidades y muchas veces sin que se las pida, se lo digo por experiencia.

Amados, unámonos a los tiempos de oración que la iglesia tiene por la madrugada 5:00 a.m. o por la noche a las 9:00 p.m., son lindos espacios para orar colectivamente los unos por los otros y en un solo sentir, poder acercarnos a Dios, quien está atento a escuchar nuestro clamor, les esperamos por lo menos una vez a la semana, usted elige el día y la hora que mejor le convenga. Recuerde, sin oración perdemos la bendición.

Francisco Valdizón

Pastor General