En el capítulo de este día encontramos el gran milagro de la multiplicación de los panes y los peces, este fue un milagro que provocó la fama de Jesús en toda la región de Israel, porque para la gente de ese tiempo como en la actualidad, ver un milagro de esta magnitud es para sorprenderse, mayormente quienes no están acostumbrados a ver lo que Dios puede hacer. Muchos de nosotros a diario vemos la mano de Dios obrando a nuestro favor y el Templo Betel es el mejor ejemplo de ello, cada mes vemos milagros de Dios para el sostén de su obra en este lugar, les informo que se nos ha hecho otro aumento en el alquiler del local del Templo Central, pero sé que Dios nos proveerá para cubrir los compromisos a través de su fidelidad.
En esta ocasión, la multitud era como de 5,000 hombres, si le añadimos las mujeres y los niños se triplicaba o por lo menos se multiplicaba, los lugares para comprar alimentos estaban lejos y no había mucha esperanza de cubrir las necesidades, Jesús desafió a sus discípulos diciéndoles que fueran ellos quienes alimentaran a la gente, pero ellos pusieron los pies sobre la tierra al decir ni doscientos denarios serían suficientes para darles comida; sin embargo, Andrés dijo: aquí hay un muchacho que tiene 5 panes y 2 peces, éste impulso de fe fue suficiente para que se desatará el poder de Dios en aquel lugar, Jesús tomó ese impulso de fe y actuó con gran poder para multiplicar la provisión.
Trajeron los 5 panes y los 2 peces y los pusieron en las manos de Jesús, quien los levantó al cielo y los bendijo, luego envió a repartirlos entre todos los presentes, quienes no solo comieron, sino que se saciaron; es decir: comieron hasta quedar satisfechos y después de alimentar esa gran multitud sobraron 12 cestas, lo cual representaba la provisión de alimento para cada uno de sus discípulos, porque Dios jamás deja a sus servidores fieles sin bendición, nunca olvide eso, Dios bendice a los que creen en su provisión y siembran para su Reino.
Para poder tener bendición en nuestras vidas, tenemos que depositar toda nuestra confianza en Dios, poner en sus manos nuestros bienes, planes, familia y dejar que Él se ocupe de multiplicar la bendición que tenemos, como lo hizo este niño que trajo los 5 panes y los 2 peces, el niño se despojó de lo que tenía y dejó que Jesús hiciera lo que quisiera con todo lo que él tenía, el niño sabía que en las manos de Jesús todo es multiplicado; así debemos hacer nosotros, dejar todo en manos de nuestro Dios Todopoderoso, quien se glorificará en nuestras vidas de distintas maneras, créalo, practíquelo y disfrute de lo que Dios hace a favor de los suyos.