Fiestas Paganas

Una de las estrategias más usadas por el enemigo para desviar a los cristianos evangélicos de su fe en Cristo Jesús, es hacerles participar de actividades sociales, eventos religiosos, fiestas tradicionales o patronales en honor a un ídolo y toda clase de evento que exponga su fe. Al hablar de un tema tan delicado como el que estoy presentando, no es que seamos muy cerrados como muchos creen, pero tampoco debemos ser muy abiertos a lo que sabemos que no es agradable a nuestro Señor Jesucristo.

La fiesta tradicional de el día de los muertos que se está celebrando en los cementerios desde hoy, no es agradable a los ojos de Dios, porque es una invocación a los espíritus de quienes ya murieron, los cuales están en el infierno de donde nunca podrán salir o en el cielo, si murieron con Cristo. Juzgue usted: el 31 de octubre se celebra el día de las brujas, conocido como el Halloween. Esta actividad no tiene nada que ver con el cristianismo, es un culto celebrado a Satanás, es un día de abominación a Jehová por consultar a los muertos.

Quienes participan de esta fiesta son personas que no conocen, ni respetan a Dios, es una de las peores ofensas que le podemos hacer al Señor, porque se le está celebrando a su enemigo, al que odia a Dios y sus planes de bien para la humanidad.

Luego del 1 al 2 de noviembre se celebra el día de los muertos. Según la tradición, el 31 de octubre se invocan los espíritus, el 1 de noviembre llegan a los hogares a visitar a sus familiares y el 2 de noviembre se reúnen todos en el cementerio.

Ningún hijo de Dios debe celebrar estas fiestas, porque únicamente lo hacen tres tipos de personas: Los ignorantes, quienes por ignorar la verdad hacen lo que no saben que es abominación a Dios; los satánicos porque es su fiesta en honor al dios de las tinieblas y los traidores, los que le vuelven la espalda a Dios y no les importa sus principios.

Amados, nosotros no pertenecemos a ninguno de estos tres grupos, por lo tanto no participamos de tales cosas, y si ayer lo hizo, pida perdón a Jesús y nunca más participe de ello.