Muchas de las cosas que planificamos hacer en este año no podrán concretarse, porque estamos a 58 días para que el mismo termine; el tiempo no nos alcanzará para lograrlo; por lo tanto, hay que hacer los reajustes necesarios para terminar un año sin muchos pendientes para el próximo, si el Señor Jesucristo en su misericordia nos lo permite; mientras tanto, trabajemos en lo encomendado, lo cual consiste en compartir su evangelio con cada persona que nos rodea.
Sé que he estado hablando constantemente de ser testigos de las buenas nuevas de salvación, de traer invitados a la iglesia, Grupos Familiares, de alcanzar a una persona más para El Señor, porque esta es la razón de ser de la iglesia: predicar y enseñar buenas nuevas a toda persona que aún no ha hecho una decisión personal con Cristo, es urgente seguir hablando de Jesús, para mañana puede ser demasiado tarde y el evangelio ya no esté al alcance de la persona que amamos.
Estos últimos 58 días del año tratemos de vivirlos bien; primeramente, en buena comunión con Dios y cada uno de los miembros de su familia, viva como si fueran los últimos días de su vida, en los cuales aprovechará cada minuto para presentar a Cristo a sus seres queridos. Quizá para muchos esto parezca risible, pero podría ser la realidad para otros, no sabemos si entre esos otros podría estar esa persona a quien más ama usted.
Como iglesia haremos mucho en estos días, y con su fidelidad al Señor podremos hacer mucho más, por lo cual, le animamos a mantenerse en fidelidad con Dios en todos los sentidos y mayormente hoy que el tiempo de su venida está más cerca de lo que pensamos. Recuerde: Cristo viene pronto por los suyos, séale fiel ahora, porque para mañana es demasiado tarde; cada día tiene su propia ocupación, hoy es el día del Señor para usted.
Amados en Cristo, trabajemos en invitar a cuantas personas podamos a venir a la iglesia, la Biblia es clara, la fe es por el oír, pero el oír la Palabra de Dios. Usted solo invite a sus familiares a escuchar la Palabra, lo demás es obra del Espíritu Santo, quien convence al pecador de su condición sin Cristo; así mismo, le ayuda en el proceso de transformación después de haberse rendido a los pies del Señor, nuestro trabajo es hablar de Jesús, porque para mañana es demasiado tarde.
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